Mirada animal. José Miguel Leiva

Una creencia campestre o ficción inocente que creí de niño es que los caballos duermen de pie. Este cuento no es del todo falso, claro, pero sí las explicaciones que me fueron dadas entonces. Decían que esta costumbre estoica e inconcebible, que ahora me recuerda la impresión que Bolaño definió como la “incomodidad legendaria” al ver a los oficinistas tomar café de pie en el Haití, tenía su causa en…

Desear a Yann Lemée. Agustín Herrera

Son pasado las una de la madrugada y en la Rue Saint Benoit al llegar al Boulevard Saint-Germain se escucha levemente la voz de Maria Callas. Un hombre de unos sesenta años, luego de un infértil paseo por las calles parisinas en búsqueda de la atención de garzones y baristas, regresa a su piso y elige un selecto repertorio de la soprano griega. Suena en su radio Mamma morta, y…

Agua oscura. Marcela Fuentealba

“La verdad me ama”.Sylvia Plath a Ted Hughes Cualquiera que se siente a escribir algo más subjetivo que un reporte, sea una crónica o su diario o un poema, sentirá que aunque supo cómo comenzar, con una idea o noción del tema, termina en otra cosa, en un territorio desconocido. Lo que aparece sorprende porque habla de algo que se intuía pero que no se llegaba a articular, a pensar…

Fíbula, de Natalia Berbelagua: una bitácora poética. Carlos Henrickson

Hablar de un libro como Fíbula (Valparaíso: Aguarosa Lab, 2021), de Natalia Berbelagua (Santiago, 1985), resulta difícil si entendemos la crítica como una práctica de iluminar un texto. Esto porque Fíbula es desde ya el registro de un sacar a la luz: supone en sí mismo una cámara absolutamente oscura sobre la cual lo literario no puede irrumpir sin deslegitimar la operación misma de registro que este libro contiene. ¿Corresponde…

La palmera Talipot . Josesko

Estás muy loco si crees que no me vas a contar la historia del derviche comedor de vidrios. Ni que voy a evitar preguntar sobre la garzas que volaban a la luz de las estrellas. Menos quisiera no saberlo todo respecto al eremita en su ático (enorme posibilidad) o sobre la palmera Talipot, que florece cada setenta años.Todo esto me lo soltó Anita Erre entre las estaciones de Sol y…

Necesidad de compañía. Gonzalez Vera

A Hernán Covarrubias Pallamar. Estoy tan sola. Mi marido no se ocupa de mi. Mentiría, si dijera que es malo, qué va a serlo, si es un pan. Se lo pasa en el piano. Apenas anochece come y parte a tocar. Usted sabe que está en una orquesta y lo consideran mucho. Suelo estar dormida cuando regresa y entonces quiere contarme cómo le ha ido. “¡’Déjame dormir, por favor!” le…

El señor de las cañas. Josesko

No creo exagerar si digo que he tirado todos los tipos de caña posibles y en todas las circunstancias hosteleras a mano; a todos los clientes imaginables, de mañana, noche y madrugada. Las he tirado en ayunas, de empalme, con tres lonchas dentro, o pringando por no tener nada. O ciego de petas, o directamente como una farmacia de empastillado.Cañas, dobles, copas, pintas, minis: todo lo he tirado. En vasos…

Claves de liberación: La Mantis en el Metro, de Germán Carrasco. Claudia Pizarro

Una tarde leíamos con mi amigo ona la Historia Natural de Plinio el viejo y nos topamos con una frase que lo entusiasmó: según él, esa frase resumía toda su visión sobre la literatura y la pintura. Se refería el sabio a la costumbre de algunos autores de poner títulos provisionales a obras supuestamente acabadas: “como si su arte estuviera siempre esbozado y sin terminar, de modo que frente a…

N.10

Les dejamos aquí nuestro décimo número; un número muy especial que además de recoger los trabajos reunidos durante el mes de abril, fue hecha casi exclusivamente con las imágenes que nos han hecho llegar a propósito del concurso .jpg.  Agradecemos a todas las personas que participaron en el concurso y los dejamos muy invitados a quienes fueron seleccionados y quienes participaron a venir a buscar durante el mes de mayo…

Tiempo. María Pía Escobar

1. INICIO Desperté un 10 de junio por una palpitación en el pecho. Se proyectaba aquel día un tanto sombrío: las gotas de lluvia eran particularmente espesas y mis tímpanos especialmente sensibles.  Toda mi piel se acongojaba ante el mínimo roce.  Mi nariz traducía toda ventisca como sudor rancio, y mi boca sentía mis ácidos estomacales. Mi ánimo: malhumorado. Las variables recién descritas no significaban, en realidad nada, lo perturbador…