Posted on: Junio 11, 2020 Posted by: odradek Comments: 0
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Trabajar cansa

Le diré a todos que conseguí un trabajo

y que he alcanzado el umbral de la vida

independiente, al fin.

No importa que el dinero lo envíe mi padre,

junte las monedas que quedan en el baño

o el whisky del poeta no sea más que grapa.

He conseguido un lugar en el universo:

escritorio, computador, silla y pieza

la política y el contexto que me determinan.

Ahora, sólo resta esperar mi destino:

el éxito, la cárcel o el silencio.


Pasta gratuita

La pasta iguala en vapor al ambiente

pueden cortarse con un cuchillo.

Alcaparras, aceite de oliva, anchoas

que tenía escondidas como

su sexo la chica a la que espero.

No importa comer arroz blanco o

papas cocidas el resto de la semana,

hoy robaré sus besos con la ganzúa

del vino y el verso, aunque para

comer falte una mesa o una escoba

que ahuyente el polvo, la prosa.


Riccorsi

Despierto borracho nuevamente y no sé

si debiera volver a la lectura de Vico o

llamar a mi madre por un poco de dinero.

Se repiten las cosas como una mala empanada.

Salvo la frustración y el llanto, vuelve todo

igualito, marea de cuchillos a mis venas.

Dormiré doce horas igual que ayer, el fideo

frío con salsa me esperará al lado de la cama

como la botella de vino y el calzón de mi amiga.

No soy más que la basura que me rodea:

tenso mi vida como el arquero

que busca la diana, pero falla.


Imagen: Martin Parr