A una niña anarquista
Para Ivanna Donoso
Viajar no es tan agradable. En los aeropuertos
hay que someterse a la inspección
violenta si estás cansada
con la violencia lloras
por el que controla al que se mueve
el que trabaja y el que se salva
goza supuestamente es eso
la lucha de clases feroz y sanitizada
no puedes creer lo feo y lo falso
la vida no es así.
Los mejores son los anarquistas
dicen las niñas
con padres borrachos
y madres fantásticas
o al revés
cambian de idioma mejor
no deben temer pues
nada se pierde ni se gana
menos la lengua
más allá de los mares
habrá la misma u otra vida.
Nada que decir de tu existencia
tan intensa de querer
de exigir no hacer más la fila
verás que no lo soportas
ni la indiferencia
ni andar tanto sola
te hallarás hija
no hay otra
estar donde estás.
Cerros viejos
Para Natalia Babarovic
No se soporta nunca
el sufrimiento del niño
jamás su impunidad
no estará angustiado
si le pinchan el globo
tendrá donde salir
porque siempre hay luz
decimos
sea la esperanza del día
no habrá pena sino regocijo
no habrá sequía habrá lluvia
si el hombre se encuentra en la tierra
con la mujer y la semilla
si el mundo nace y se descompone.
Era la loca de la familia
había varias
resultó la más cuerda
no era fría ni sufría
nadie había matado a nadie
en guardia con la miseria
nunca prevalezca en su casa
veía y sentía entre mentiras
veía tal cantidad de cosas
la invitaban a tomar el té
cuando pintaba los desastres
la turba armaba las plantas.
Como las flores un milagro
lo que debemos saber
la vida que se forma
la generación
cada año sucede
viejos los cerros y reverdecen
ver otra vez
las piedras
¿ las ves?
Un momento libres
sumergidos en otra cosa
estallaremos en el mar
brotamos
lo imaginado y lo vivido
sin pena ni miedo.
Cascando
Para Carlos K.
Cuando vienes
acudir golpear quebrar
un jarrón se casca se triza
un hombre se casca la salud
a otro lo asaltan y cascan sin piedad
o mejor cascó para saber algo
o mal se cascó de una pulmonía
o felices en la mañana cascaron
cascando.
Romper debilitar golpear matar
superados los cuerpos del amor
los cuerpos que se van
bajar el tono decrecer
no pienses y sigue caminando
dame tu mano tu lengua.
No ser nadie
ser otra contigo
solo contigo
calando
claro lo tenue
firme
con luz o sin
dándolo todo.
Niña a caballo los cascos
los cardos los cerdos los cedros
la muerte el saber el habla el sexo
saber hablar y sentir la palabra
el lujo de callar y que me exija gritar
si me voy a ir
que te vayas cascando
estoy hecha polvo
siempre viva.
Imagen: Huentelauquén de Natalia Babarovic, óleo sobre tela
φ Marcela Fuentealba (Santiago, 1973) es periodista y editora de Saposcat. Autora del libro de poesía Cardos (2007).